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Psicobiología de la atención (III): Neurobiología

 

PSICOBIOLOGIA DE LA ATENCION PARA PROFANOS(3): NEUROBIOLOGIA DE LA ATENCION

    Dr. Joaquín Díaz Atienza
    pvSi bien existen bastantes modelos cognitivos explicativos de los procesos atencionales. sin embargo, sus bases neurofisiológicas y neuroanatómicas aún no están definitivamente delimitadas. La aproximación al estudio de sus bases cerebrales suelen hacerse a través de dos procedimientos:
    Técnicas de neuroimagen, fundamentalmente el PET (tomografía por emisión de positrones) y la RMN (resonancia magnética nuclear) funcional.
    Técnicas neurofisiológicas.

     

    ESTUDIOS DE NEUROIMAGEN.
    Las primeras investigaciones realizadas en monos pusieron ya en evidencia la participación de las áreas parietales en la fijación de la atención visual. Efectivamente, hoy sabemos que el lóbulo parietal está implicado en la representación espacial de la localización estimular y en control voluntario de la orientación espacial.
    Cuando intentamos desplazar la atención de un estímulo a otro, se producen, básicamente, un mecanismo de desenganche, otro de desplazamiento y, finalmente, el de enganche al estimulo que acapara nuestro interés. Pués bien, hoy se sabe con certeza que la corteza parietal superior se encuentra implicada en el proceso que implica desvincular la atención de un lugar determinado para fijarla en otro diferente.
    Las lesiones/disfunciones del lóbulo parietal pueden dar lugar a dificultades en el desenganche y enganche al nuevo estímulo, siempre que la lesión/disfunción sea contralateral (lado contrario) al campo visual en donde se encuentra el estímulo. Se sabe que las dificultades en el desenganche son específicas del lóbulo parietal cuando es estímulo es contralateral. Otra características es que los tiempos de reacción son excesivamente largo, parámetro que ya hemos comentado anteriormente.
    Estudios de neuroimagen realizados con el PET sobre la atención selectiva indican la participación de las siguientes estructuras cerebrales:
  • Núcleo pulvinar del tálamo.
  • Corteza de la ínsula.
  • Corteza frontal.
  • Núcleos del cíngulo anterior.
  • Corteza parietal posterior y
  • Núcleos basales.
    De estas estructuras, sabemos que la corteza parietal y el pulvinar están implicados en la orientación de la atención. También sabemos que cuando existen lesiones/disfunciones del parietal posterior, del mesencéfalo y del tálamo se van a presentar dificultades para prestar atención a los estímulos presentados contralateralmente. A este fenómeno neuropatológico o deficitario se le denomina inatención contralateral.
    Conjuntamente con estas investigaciones de neuroimagen, se ha realizado otras bioquímicas y que vienen a confirmar a los hallazgos de las primeras. Así tenemos que:
  • Si inyectamos bicuculina, antagonista del neurotransmisor inhibidor GABA, en el pulvinar se sabe que facilita la atención al estímulo presentado contralateralmente.
  • Por el contrario, si inyectamos muscinol, agonista del neurotransmisor inhibidor GABA el el pulvinar, se dificulta la desviación de la atención al estímulo contralateral.
    Sabemos por lesiones cerebrales experimentales que en la orientación atencional participan el conjunto de las estructuras mencionadas anteriormente.
    ESTUDIOS NEUROFISIOLÓGICOS
    Antiguamente se llegó a afirmar que la cantidad de actividad beta en el EEG era un indicador fiable del estado de alerta del sujeto. Sin embargo, sabemos que no es un indicador fiable y, aún menos, especifico del nivel de vigilancia ni atencional del sujeto. Fue con la aplicación generalizada de los potenciales evocados y con su depuración electrofisiológica a través de procedimientos informáticos y algoritmos matemáticos, como se ha ido perfilando un nuevo procedimiento para evaluar la atención. Sin embargo, los potenciales evocados, aunque nos informan bien de la variable temporal del procesamiento , no nos indican de forma fiable la localización cerebral en donde se procesa.
    La atención puede evaluarse a través de los potenciales evocados visuales (atención visual) o a través de los auditivos (atención auditiva). Estos potenciales no son más que la representación gráfica de la actividad eléctrica cerebral ocasionada por el procesamiento de un estímulo. Cuando este procesamiento produce una inflexión negativa se le llama N acompañada de un número que no indica el tiempo en milisegundos. Cuando es psoitiva se indica con la letra P.
    Algunos datos neurofisiológicos:
  • Cuando recibimos un estímulo por un oído procurando al mismo tiempo desatender a otro estímulo presentado por el oído contrario, aparece una onda negativa N1 que es considerada como un efecto de selección temprana. La N1 se incrementa ante la atención temporo-espacial. La onda positiva que parece posteriormente sería el componente tardío de la atención temporo-espacial.
  • La atención espacial da lugar a una onda positiva P1. Se trataría de la selección estimular por localización.
  • Estos componentes neurofisiológicos no nos informan de la localización cerebral del procesamiento del estímulo.
    Existen dos aspectos de la atención definidos en función de las claves que la ponen en funcionamiento. Cuando las claves son internas la denominamos atención endógena. Cuando son externas la denominamos atención exógena. Son procesos encubiertos y automáticos. Parece que las estructuras cerebrales implicadas son las fronto-parietales.
    La atención endógena incrementa el componente occipito-parietal N1, en tanto que la exógena incrementa el P1. Alteraciones en la atención exógena y endógena aparecen en el neglect (exógena) y en la esquizofrenia (endógena).

 

Fuente:

http://paidopsiquiatria.com/

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